jueves, 10 de noviembre de 2016

TDAH en la familia


            Convivir con el TDAH puede resultar complicado. El TDAH y la forma en la que se manifiesta pueden tener un impacto negativo significativo en la vida del paciente y también en la de su familia. Es frecuente que se genere un mayor nivel de estrés en el ambiente familiar entre padres e hijos e incluso entre hermanos. Comprender mejor cómo afecta el TDAH y aprender a gestionar su impacto en el hogar, ayudarán a crear un ambiente de convivencia más sano, agradable y beneficioso para todos.


Cuando los padres padecen TDAH
Según algunos estudios, las madres que padecen TDAH suelen reportar con más frecuencia depresión, ansiedad, baja autoestima y mayor nivel de estrés, así como menor capacidad para hacer frente a las exigencias propias de la familia.
Por otra parte, otros estudios, han demostrado que cuando el padre está involucrado en la educación de los hijos, la educación es más efectiva. Sin embargo, cuando el padre padece TDAH su participación en la educación aún siendo igualmente importante puede resultar más inefectiva, posiblemente por su falta de habilidad para ser consistentes.

Relación entre los padres de niños con TDAH
Como consecuencia del estrés asociado al comportamiento de los niños con TDAH los padres muchas veces se sienten insatisfechos, con baja autoestima y tienen serias dudas de su capacidad para ejercer su función. Por lo tanto, pueden aumentar los problemas matrimoniales entre los padres, observándose un número de separaciones y divorcios superior que en las familias sin niños con TDAH.

Por otro lado, los padres pueden tener menos tiempo para ellos mismos, para organizar actividades al margen del cuidado del niño, y resulta complicado que otros familiares quieran hacerse cargo del cuidado del niño.
Toda esta presión parece repercutir en la convivencia de la pareja y que en conjunto, el estrés soportado por los padres conduzcan a un mayor riesgo de padecer trastornos psiquiátricos, como la depresión o el abuso de alcohol, entre otros.

Hermanos no TDAH
Los hermanos del niño con TDAH sienten con frecuencia tristeza, preocupación o manifiestan nerviosismo, en parte porque la dinámica familiar puede estar dirigida por la situación del hermano con TDAH, o porque en ocasiones se espera de ellos que le cuiden, y en otras, porque el comportamiento del niño con TDAH puede ser agresivo o caprichoso, lo que hace que la relación sea complicada.

Entre los problemas que surgen entre hermanos destacamos los siguientes:

Envidia
El niño con TDAH tiene envidia de las oportunidades y los éxitos en el colegio conseguidos por sus hermanos. De igual manera, los hermanos pueden tener envidia de la menor disciplina que se le impone al niño con TDAH y de la atención adicional que le prestan los padres.

Resentimiento
Los hermanos pueden estar resentidos porque al niño con TDAH se le trata de forma diferente y porque sus padres tienen poco tiempo para ellos. De igual manera, el niño con TDAH puede estar resentido con sus hermanos porque, a la inversa de lo que hemos explicado antes, a sus hermanos les permiten hacer cosas que ellos no pueden hacer.

Baja autoestima
El niño con TDAH puede tener una baja autoestima, sobre todo en comparación con sus hermanos/as. También los hermanos pueden tener la autoestima baja si experimentan el estigma asociado a la enfermedad de su hermano.

Ira
Las diferencias, ya sean reales o percibidas por el niño con TDAH en comparación con sus hermanos/as, pueden provocar ataques de ira que a veces son muy perturbadores. También el comportamiento del niño con TDAH puede llevar a enfrentamientos con sus hermanos.

Intento de llamar la atención

Los hermanos ven la atención que se presta al niño con TDAH, por lo que pueden imitar sus comportamientos para obtener tiempo y atención de sus padres.

*www.tdahytu.es

Nueve estrategias que NO funcionan en los niños con TDAH

El Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) afecta a la capacidad de una persona de concentrarse en su trabajo o en un proyecto y conseguir llevarlo a cabo. En una persona con TDAH la atención tiende a dividirse, haciendo que esas personas tengan la sensación de estar sólo “mareando la perdiz”.
Algunas de estas ideas no sólo son ineficaces; pueden, además, exacerbar los síntomas o impedir los avances.
Seas padre, madre, familiar o profesor de un niño con TDAH, aquí puedes ver lo que no funciona –y algunos consejos que sí lo hacen.





Estrategia inútil Nº 1: Atribuir el TDAH a falta de motivación
Existe la creencia de que los niños con TDAH son perezosos o no quieren esforzarse; nos lo dice el Dr. Mark Bertin, Pediatra Especialista en Desarrollo Conductual y autor de “The Family ADHD Solution”. “Hay un mensaje sutil –o no tan sutil– de que, si se esforzasen más, o simplemente se organizasen, todo iría bien”.
Sin embargo, el TDAH “no tiene más relación con la voluntad que un trastorno de aprendizaje, una discapacidad física o incluso el asma o la diabetes.” El TDAH afecta a las funciones ejecutivas, lo que hace difícil controlar los impulsos, organizarse, prestar atención, planificar y gestionar el tiempo.
De hecho, muchos niños con TDAH se esfuerzan más que sus compañeros. “Seguramente, tanto los niños con TDAH como sus padres terminan agotados por el esfuerzo casi constante que realizan para contrarrestarlo”
Estrategia inútil Nº 2: Evitar el término TDAH
Algunos padres temen que al usar el término TDAH pueden, de algún modo, hacer daño o estigmatizar a sus hijos, según Roberto Olivardia,  psicólogo que trata el TDAH y monitor clínico en el Departamento de Psiquiatría de la Harvard Medical School. “Más bien al contrario, si tú no le explicas qué es el TDAH, otra persona lo hará”, dijo. Y, por desgracia, circulan muchos mitos sobre el TDAH que pueden hacerle daño.
Estrategia inútil Nº 3: Reducir tus expectativas
Los niños con TDAH no están condenados o predestinados a fracasar. Como dice Olivardia: “¿Qué hubiera pasado si la madre de Michael Phelps hubiera bajado sus expectativas sobre lo que su hijo podría lograr? ¿O si los padres de Thomas Edison hubieran seguido el consejo de sus maestros de que era “demasiado tonto para estudiar”?” Los niños con TDAH pueden triunfar en sus estudios y en su trabajo. “La clave está en aplicar reflexión y estrategia, recibir el tratamiento y el apoyo adecuados, y orientarse hacia aquello que les apasiona.”
Estrategia inútil Nº 4: Esperar que los niños se las arreglen solos
Los niños con TDAH lo pasan mal cuando tienen que tomar decisiones o planificar. Así que es inútil esperar que un niño sea capaz de resolverlo solo, según el Dr. Bertin. Es importante para los niños –también para los adolescentes –y sus padres trabajar juntos. Por ejemplo, las terapias que no incluyen a los padres pueden hacer más lento el progreso. “Los padres no provocan el TDAH ni tienen la culpa si su hijo se porta mal; sin embargo, son la fuerza motriz para el cambio”.
Estrategia inútil Nº 5: Castigar sin recreo o sin salir
A veces, los padres y los maestros castigan a los niños con TDAH sin recreo o sin salir. Esto no es una buena idea. Cuando un niño es hiperactivo o se comporta mal, correr al aire libre en realidad ayuda, según dice Olivardia. La investigación ha determinado que, cuando los niños con TDAH pasan tiempo en entornos naturales, están más tranquilos, les es más fácil concentrarse y siguen las instrucciones.
Estrategia inútil Nº 6: Confiar en la medicación como una panacea
La medicación es muy eficaz para tratar el TDAH. Pero no siempre. “El organismo de algunas personas no la tolera; otras no quieren tomarla”, dice el Dr. Bertin. Diagnósticos comórbidos –comunes en el TDAH– como trastornos de ansiedad o dificultades de aprendizaje, no responden a la medicación. Esta tampoco resuelve los problemas relacionados con las funciones ejecutivas. “Sólo un enfoque integral y multidisciplinar puede afrontar todos los efectos de este trastorno tan complejo”.
Estrategia inútil Nº 7: Creer todo lo que se lee (o se oye)
Los mitos sobre el TDAH abundan. Y pueden ser perjudiciales. Por ejemplo, el mito de que el TDAH es culpa de los padres puede disuadir a éstos de buscar tratamiento, dice el Dr. Bertin. “Rehuyen el tratamiento porque temen ser juzgados por ‘dar medicación’ a sus hijos –aunque nadie dice que las familias ‘dan medicación’ a sus hijos cuando tratan con antibióticos una infección; hasta la elección de las palabras importa”.
Estrategia inútil Nº 8: Decir al niño que deje de moverse
En realidad, el movimiento ayuda a los niños con TDAH a prestar atención, en opinión de Olivardia. Puede que tu niño, por ejemplo, masque chicle o balancee su pierna. “De lo que se trata es de encontrar un  movimiento que no moleste a los demás, no de eliminar todos los movimientos”. Olivardia menciona el libro “Fidget to Focus”, que trata de la ciencia del movimiento.
Estrategia inútil Nº 9: Ignorar tus propias necesidades
El TDAH no afecta sólo a la persona diagnosticada, sino a toda la familia, nos dice el Dr. Bertin. “Los padres de niños con TDAH sufren mayores niveles de estrés, ansiedad, depresión, conflictos conyugales, divorcio e inseguridad sobre su habilidad como padres”. Cuida de ti mismo y busca ayuda profesional cuando lo necesites. “Tenemos que cuidarnos a nosotros mismos para ser capaces de perseverar en los planes de conducta, ser flexibles en la toma de decisiones, y mantenernos lo más lúcidos y tranquilos posible a lo largo del día.”

Margarita Tartakovsky es Editora Asociada de pc216